lunes, 12 de enero de 2009

IVIC busca dilucidar el origen de una singular especie de mariposa


En el Parque Natural Paramillo, ubicado en San Cristóbal, pueden estar las respuestas a muchas interrogantes que surgieron por el descubrimiento del inusual origen de la mariposa Heliconius heurippa, una de las diez especies animales híbridas en el mundo.

Por María Teresa Curcio.
mcurcio@ivic.ve

La mariposa Heliconius heurippa dejó a sus ancestros atrás. Fue capaz de sobrevivir, reproducirse y ser reconocida como una especie, aunque tuviera las probabilidades en su contra.

Una investigación demostró que el cruce de las especies Heliconius melpomene y Heliconius cydno -que se pueden encontrar en Centroamérica y los Andes- dio origen a la especie Heliconius heurippa- la cual sólo se ubica al este de Colombia.

El fenómeno, denominado especiación híbrida homoploide, explica cómo un animal híbrido -que por lo general es infértil por poseer información genética incompatible- logra reproducirse y generar una nueva especie. Apenas se ha descrito alrededor de una decena de especies animales híbridas homoploides, la mayoría peces de agua dulce y mariposas.

El venezolano Jesús Mavárez, quien hoy trabaja en el Centro de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), es autor principal del estudio que se desarrolló en centros de investigación de Panamá, Colombia y Escocia, y cuyos resultados fueron publicados en el año 2006 en la prestigiosa revista Nature.

El equipo no sólo logró demostrar los orígenes de H. heurippa, sino que además descubrió que esta mariposa “heredó una señal reproductiva única que le ayuda a diferenciarse de sus especies parentales y a reproducirse con las de su especie” indicó el doctor Mavárez.

Estos resultados rompieron incluso los esquemas formales de la especiación híbrida homoploide. Cuando ésta ocurre, la nueva especie (que cuenta con su propio genoma) por lo general debe colonizar un nuevo hábitat, es decir necesita aislarse inmediatamente de sus padres o especies parentales para que al reproducirse no reciba nueva información genética de estos.

Sin embargo, H. heurippa adquirió una característica inequívoca: estas mariposas se reproducen sólo con las que tienen los mismos colores de sus alas (de marcas amarillas y rojas), es decir con las que tienen su mismo linaje.

“Demostramos que el híbrido puede seguir coexistiendo con una o las dos especies parentales, siempre y cuando tenga la posibilidad de reconocerse a sí misma como diferente” declaró el doctor Mavárez, quien además explicó que por esta vía el surgimiento de nuevas especies de animales podría ser más rápido, en comparación con el aislamiento geográfico a través de la colonización de un nuevo hábitat.

Para el investigador el trabajo abrió las puertas de “la hibridación como un fenómeno importante en el mundo animal. Normalmente los zoólogos tienen una actitud muy negativa hacia la especiación por hibridación. Mucha gente piensa que en animales eso no sucede o es irrelevante. Por el contrario, los botánicos han tenido siempre una actitud mucho más optimista en relación con la especiación híbrida”

Para llegar a tales conclusiones el equipo analizó varios sets de genes de las 3 especies, a través de distintas técnicas de laboratorio. La investigación se desarrolló entre los años 2002-2005 y hoy continúa desde el IVIC.

Un tesoro en San Cristóbal
Las respuestas a muchas interrogantes originadas por el descubrimiento pueden estar en el Parque Natural Paramillo, ubicado en San Cristóbal y adscrito a la Universidad Nacional Experimental del Táchira. En la zona, de aproximadamente 30 hectáreas, habitan las especies padres que se cruzaron (H. melpomene y H. cydno), pero no la especie que se formó por hibridación (H. heurippa).

El dato particular del área es que se trata de una zona híbrida de inusual frecuencia entre las dos especies: aproximadamente 1 de cada 10 mariposas es un híbrido natural. En este caso se habla de híbridos inter-específicos y no de especies híbridas, puesto que los individuos híbridos observados no han logrado desarrollar aún una señal que los aisle reproductivamente de sus especies parentales. En otras palabras, en San Cristóbal, se puede observar un proceso de hibridación inter-específica que puede representar el comienzo de un nuevo proceso de especiación híbrida en estas mariposas.

El investigador del IVIC se encuentra nuevamente al frente de la investigación para dilucidar cómo fue el origen de H. heurippa. “Queremos estudiar ese sitio porque es una oportunidad única para estudiar un proceso de especiación. En cierta manera, en San Cristóbal tenemos una ventana al pasado. Allí tenemos la oportunidad de observar y estudiar actualmente un proceso muy similar al que probablemente dio origen a H. heurippa y que hemos calculado ocurrió hace 300 mil años”.

No es difícil suponer que el parque venezolano sea un tesoro para la biología y que el crecimiento urbano de San Cristóbal represente una amenaza para el mismo. En efecto, indica el científico, unas 10 hectáreas han sido cedidas para construcciones de edificaciones en los últimos años, con lo cual se ha atentado contra el reservorio de especies.

Desde su laboratorio en el IVIC, el investigador clama por el resguardo de la zona: es un área exclusiva que da pistas sobre un fenómeno excepcional en biología.


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